Tenía algunos artículos para, entre ellos, elegir cuál subir hoy al blog pero... al final, he optado por hacer esta nueva entrada para incluir en ella dos enlaces a mis dos blogs de de nuestra lengua: el de castellano y el que, cariñosamente, denomino el "blog de los poemas".
En ellos, hoy homenajeo a un grande de nuestra literatura y nuestras letras.
Sí, de nuestra gran cultura, añeja, e incluso arcaica que, como los buenos vinos, se asienta con el tiempo, señal de calidad y templanza. Cultura de este inmenso, diverso y bello país llamado España que, como todos los que en ella vivimos, atraviesa unas horas tan bajas y aciagas... pero de las que, afortunadamente, saldrá victoriosa porque nadie puede ni podrá acabar jamás con algo que, en el fondo, muchos, muchísimos de nosotros, sentimos dentro, con amor y un profundo respeto, en el alma, que esencialmente es inviolable y de los españoles -nuestra- por mucho que pudieran hacer o decir: el Alma de España, el Alma de la Tierra de España, de nuestra Tierra.
Aprendamos de nuestra cultura al igual que vayamos prestos a cosechar nuestras propias naranjas, para evitar que se desperdicien y pudran y para no depender completamente de lo externo y poder comenzar a ver, aquello que desde la sanación los verdaderos maestros desde hace muchas eras venimos diciendo. Las soluciones están dentro. Es ese el camino. Sobre todo si lo foráneo -y con esta denominación no nos estamos precisamente refiriendo al fenómeno migratorio-, por el motivo que sea -vacuo e inexistente, seguro-, ha pretendido imponerse y acabar con lo heredado después de tantos siglos de esfuerzo, unión, colaboración, tolerancia aprehendida como parte de la solución y trabajo, mucho trabajo -o si no, que se lo pregunten a nuestros antepasados-.
Merece la pena, además de por la poesía del autor que hoy nos ilumina, por las reflexiones adjuntadas a la misma con el fin de tener una cabeza pre clara y dejar de, para empezar, dividirnos y, lo que es más importante, de atacarnos a nosotros mismos. ¿En qué cabeza cabe?... Por supuesto que en ninguna cuerda y menos en la de poetas como Blas de Otero o como una misma o en aquellos que aún pensamos que la vida es muy sencilla por lo que... ¿para qué complicarla y menos amargándoles a los demás sus días?... cosa irracional , como digo, además de criminal y no naturalmente fundada ni sostenida.
Y que me perdonen aquellos y aquellas que equivocadamente piensan que hablar por uno, por una misma, es síntoma de algo que no sea auto-confianza y un poquito de vista -como decían los de antes- o sabiduría pero... ¿qué se puede esperar de quienes no conceden el beneficio de la duda?, condición indispensable para la lógica, el certero razonamiento y el logro de no sólo conocimientos sino sabiduría como, por ejemplo, ya dijeron -y también hace tiempo, por cierto- grandes personalidades como Ortega y Gasset o el propio e histórico Budha.
Enseñanzas que como yo misma digo o como también, por ejemplo, sugiere el Dalai Lama, deberían convertirse en asignaturas obligatorias en nuestras escuelas y sistemas de enseñanzas, tanto para religiosos de cualquier ideario como para los no religiosos o laicos, porque enseñan profunda y humana psicología, conocimiento de la realidad y a pensar, a pensar de verdad, haciendo buen uso y honor de nuestra lógica reflexiva, cosa necesaria y urgentísima, que los tiempos que nos está tocando vivir, están poniendo tan de manifiesto y de una forma tan cruda y no demasiado bonita, sino más bien cruel y burda. Porque como dice este buen hombre y gran monje budista, "muchos dirigentes internacionales deberían comprender estas enseñanzas" y sobre todo tener más comprensión "sobre las emociones... Se volverían más humanos".
Sin más, os dejo aquí el prometido par de enlaces, que espero que os sirvan de deleite, aprendizaje y, ¿por qué no?, de inspiración y guía.
Anna.
19.7.20