Normalmente no he llevado una lámpara de aceite para alumbrar el Camino. Tampoco creo que las hubiera en los tiempos en los que éste fue concebido. No sé si por haberla o no necesitado, pues créeme que en más de una ocasión me perdí y extravié mis pasos. Aunque ahora felizmente, gracias a que mi luz he recuperado, comprendo que nunca estuve sola -al menos en algunos de tantos "instantes santos"-. Pero... entonces, no sabía nada de ésto. Y usé el agua en vez de el fuego. Como una niña pequeña perdida en un bosque denso y negro. No tenía cerillas, tampoco mecheros; ni tan siquiera había aprendido cómo encender bien un buen fuego. Pero... me rendí y lloré, sollocé con los más profundos y sinceros de mis lamentos y, con ello, casi sin apenas a veces pretenderlo, lavé mis "culpas" y las de todos ellos. Me solté de los miedos. Aprehendiendo el sendero del perdón me levanté y continué ascendiendo. Aprendí a ver en la oscuridad, por lo que encender de nuevo una luz nunca fue como hoy tan necesario como cierto...
el Camino está, existe, ya fue creado.
Pero claro...
¿cuántos han deseado de verdad transitarlo o tan siquiera conocerlo?...
No "todos". Es algo que, a "nivel mundial", queda claro a la luz de los últimos acontecimientos.
el Camino está, existe, ya fue creado.
Pero claro...
¿cuántos han deseado de verdad transitarlo o tan siquiera conocerlo?...
No "todos". Es algo que, a "nivel mundial", queda claro a la luz de los últimos acontecimientos.
Y hoy, en uno de tantos altos en el espacio-tiempo, por pura compasión -y no sólo porque así es revelado y lo siento y entiendo- enciendo en mí y aquí esta "lámpara" de Luz Consciente pero no sólo para mi, porque para mi no es ya tan necesario... Es quizá para alumbrar mis propios pasos, por si alguien quisiera seguirlos... y encontrar el refugio necesario -más con lo que está pasando- puesto que afortunadamente yo ya lo he encontrado y en él, estoy para siempre segura y a salvo, "de vuelta" en y a la vida, con mis más preciados regalos. Para ello anduve el Camino. Lo hice, quizá a locas y a tientas, a ciegas en algunos casos, como pude en otros; como jamás me habían explicado. También con errores y fracasos, miles y miles de veces penados. Pero lo hice y lo he logrado; ¡"Eureka"!¡lo he encontrado! O quizá sea Él quien me ha encontrado.
El Camino.
El Camino.
¡Bendito Camino, que siempre nos está esperando!
Con Amor:
Anna.