Iba con mis alas plegadas, "refrenando el vuelo", como escribió León Felipe, el maestro.
Decía que lo importante no era llegar pronto, ni llegar sólo; sino que llegáramos "todos y a tiempo."
Tras la "meditación mundial" de la pasada madrugada, convocada con la finalidad de traer luz para la sanación de la Tierra, espero que si no éramos todos -¡sigo siendo como una niña inocente! gracias a Dios- al menos la vida nos "dispense", si es que algún "mérito" tuvimos los/las que en ese empeño nos unimos -incluso las/los que ya estábamos esperando, con ese "vuelo refrenado"- alguna especie de maravillosa y sanadora "bula", para que ese "a tiempo" que declamaba el poeta con sus sabias y certeras palabras, sea una realidad y no sólo un "sueño".
Aquí, sin dormir todavía, trabajando, construyendo, soñando, tejiendo, orando, pidiendo... en silencio, presente con el Buda de la Medicina en mis aposentos, para que todo ésto y mejores cosas vayan sucediendo.
Y sumamente agradecida.
¡Qué trabajo tan honorable este altruista que desde hace tantísimos años me ha sido concedido y tengo! (y la mayor parte de las veces sin haber tenido que hacer gala de ello ). El que nunca hubiera imaginado cuando, en mis tiempos de instituto, me gustaba ver la luna sentada sobre el césped bajo un árbol mientras el que, por aquellos entonces era "mi novio", se sentaba a mi lado.
¡Quién sabe! Quizá nada de esto hubiera ocurrido si aquello no fuera... "pasado".
Lo dicho en la entrada anterior del blog:
Os deseo un ¡Buen Domingo de Ramos!