Tras esta larga semana dedicada al gran Mandela de nuevo aquí, con un poema de mi cosecha:
Yo Soy la llama violeta,
la luz siempre encendida,
la paz,
hecha mujer,
la salud en la conciencia;
el beso que nunca pediste,
la escucha atenta
y el perdón,
el verdadero perdón
de todas las ofensas.