"Caminos del corazón".

          Carlos Castaneda, en Relatos de poder, nos habla de los "caminos del corazón", desvelándonos el secreto antídoto para que la soledad no sea desolación -como nos dice- y, así, liberarnos del drama de una existencia vacía y estéril: el Amor Incondicional a la Tierra es lo que verdaderamente nos permite enraizar íntima y profundamente.

          "Solamente si uno ama a esta Tierra con pasión inflexible -nos dice Don Juan- , puede uno librarse de la tristeza. Un guerrero siempre está alegre, porque su amor es inalterable y su ser amado, la Tierra, lo abraza y le regala cosas inconcebibles... Sin un cariño constante por el ser que nos da asilo, la soledad es desolación."

           (Con este pequeño apunte inspirador del gran maestro Don Juan de Castaneda, en recuerdo agradecido a todos aquellos que idolatré y con los devenires de la vida fueron cayendo de sus pedestales y de los que aprendí que "no todo vale" y de lo que aprehendí que el verdadero Amor es lo más importante, me despido de vosotros y de este año con ese cariño constante y deseando que el venidero sea bueno en verdad, muy, muy bueno  para todos sin excepción y que se nos abran, a cada uno en el lugar, forma y momento oportunos, esos "caminos del corazón" para sanar de verdad y para que la humanidad llegue, lo más pronto posible o, mejor dicho, sin tardanza, a amar y a respetar a nuestra querida Madre Tierra; ésto es: vivir de la manera adecuada. Para Ella miles de gracias).

Desear la Paz.

           ... Es el canto de cada hombre y mujer que espera en un mundo mejor. Gloria a Dios.
           ... la verdadera Paz, lo sabemos, no es un equilibrio de fuerzas opuestas, no es una mera fachada que esconde... la Paz es un compromiso del día a día, es una paz artesana, llevada día a día, con la gracia que nos ha dado JesuCristo. 
Las guerras destrozan, hieren tantas vidas... demasiadas... recemos para que el pueblo sirio (salga de su sufrimiento)... (súmense) a nuestra oración por la Paz en Siria... Señor, concede tu paz a Siria y al mundo entero...
también a los no creyentes los invito, los invito a desear la paz. Con ese deseo que alarga las oraciones... (si no) todos unidos en la oración, (sí) todos unidos en la paz.
          Concede niño Jesús la paz, también a la República Centroafricana olvidada... 
          Tú, Príncipe de la Paz, convierte el corazón de los violentos para que se depongan las armas y se inicie el camino del diálogo. Mira a Nigeria...
Bendice la Tierra que elegiste para venir al mundo y haz que lleguen a feliz término las negociaciones entre Israel y Palestina. Sana las llagas de la tierra de Iraq...
Tú, Señor de la Vida, protege a los refugiados... (del) cono de África y (del) este de la República Democrática del Congo... (a los emigrantes);... que tragedias como la de Lampedusa no se vuelvan a repetir.
          Niño de Belén, toca el corazón de los que están involucrados en la trata de seres humanos para que se den cuenta de la gravedad de este delito contra la humanidad.
          Posa tu mirada en tantos niños que... son convertidos en soldados... (y les roban su infancia).
          Protege a las víctimas de desastres naturales, sobre todo al pueblo filipino.
          En este mundo, en esta humanidad, HOY ha nacido el Salvador, Cristo... dejemos que (ante él) nuestro corazón se conmueva. No tengamos miedo de que nuestro corazón se conmueva; tenemos necesidad de que nuestro corazón se conmueva... dejemos que se caliente con la ternura de Dios... las caricias de Dios.... nos dan fuerza. Dios es grande en el Amor. Dios es Paz. Pidamos(le) que nos ayude a construirla cada día en nuestros corazones, (en nuestras casas), en nuestras familias, en el mundo entero. Dejémonos conmover por la bondad de Dios.

               

          Extracto de lo más significativo para mí del primer Mensaje de Navidad del Papa Francisco con la "Bendición Urbi et Orbi". 2.014.


          (Cogido al dictado cuando el Papa estaba en directo desde la Plaza del Vaticano. Espero haberlo transcrito de la manera más fidedigna posible. -Los entreparéntesis son míos-. Con ello no quiero decir que sea o no una fan de tal persona -no entro en temas de política ni de prejuicios y menos en un día como el de hoy en el que se celebra la Navidad. Me han parecido estupendas estas partes del mensaje para despertar conciencia para la real y efectiva construcción de la Paz Mundial, para el cese de la violencia y, así, entre otras cosas, poder sanar la Tierra y vivir, en realidad, el verdadero mensaje de la Natividad. Por ello, y con las palabras anteriores, me sumo a esos buenos deseos de paz del Sumo Pontífice. Om Shanti. Om Shanti. Om shanti).

Hecha sonrisa.

          Continuando con el "pequeño poema" de hace unos días:
                                             

          Yo soy la Paz,
                    la Alegría,
              algodones de dulces nubes,
          mojarse en la mar hasta las rodillas;
                                       soy la propia suave brisa,
          la Esperanza de la Vida,
              la Luz recién nacida
                 y el Perfecto Amor de Dios
                                            Hecha Sonrisa.


                  

Pa´la Tierra buena energía.

 





          Llana, lisa, sin aristas.
          De mi corazón al de la Madre Tierra
          la mejor de mis sonrisas.

                          

Un pequeño poema.

           Tras esta larga semana dedicada al gran Mandela de nuevo aquí, con un poema de mi cosecha:

           Yo Soy la llama violeta,
           la luz siempre encendida,
           la paz,
           hecha mujer,
           la salud en la conciencia;
           el beso que nunca pediste,
           la escucha atenta 
           y el perdón,
           el verdadero perdón 
                  de todas las ofensas.
       

A Nelson Mandela.

          En el día de hoy, Día dedicado a la oración y a la reflexión en Sudáfrica en memoria de Nelson Mandela:

          Nuestro mayor temor no es el de ser inadecuados: Nuestro mayor temor es el de ser desmedidamente poderosos. Lo que nos asusta es nuestra luz, no nuestra oscuridad. Nos preguntamos: "¿Quién soy yo para ser brillante, fabuloso?. Pero de hecho, ¿Quiénes somos para no serlo?. Eres un Hijo de Dios. Al mundo no le sirve que nos consideremos poca cosa. No sirve de nada encogernos y hacernos pequeños para que los demás se sientan seguros a nuestro alrededor. Todos estamos hechos para brillar, como niños. Hemos nacido para manifestar la Gloria de Dios que hay en nuestro interior. Esta gloria no existe solamente en algunos de nosotros; está presente en todos y cada uno de nosotros. Y en la medida que dejamos que nuestra propia luz brille, inconscientemente les otorgamos el permiso a los demás para que tengan lo mismo. En la medida en que nos liberamos de nuestros propios miedos, nuestra presencia libera automáticamente a los otros.

             
                           Discurso inaugural como Presidente de Sudáfrica de Nelson Mandela. 1.994.


                              

          Este maravilloso texto llegó a mis santas manos en Madrid, a comienzos de este milenio, durante mi formación como Renacedora Profesional (método Rebirthing), de la mano del también grande, al que junto con Nelson Mandela, aprovecho hoy para rendirle homenaje: Adolfo Domínguez Sarasola. En Paz descansen.

                       

El Cielo.

         

   


             A samidori
          sumi watari keru                                                      

          oozora no
          hiroki wo oroga 
          kokiro tomogana


          Deseo que mi corazón sea tan claro y abierto como el gran firmamento y los campos verdes en primavera.

          (Esta gyosei fue compuesta por el Emperador Meiji y seleccionada junto con otras 125 por el Maestro de Reiki Usui).

                                                                                           Fuente: Reiki.
                                                                                                        Marcelo Losada.
                                                                                                        Ed.: LIBSA.

La luz de un beso.

             Hoy me acordé de ella,
          de todo lo que compartimos,
          de cómo sin hablar el mismo idioma
          nos entendíamos más que un poquito;
          hoy la recuerdo en silencio,
          ese silencio aprehendido
          y agradezco su amor y su ayuda
          y el cuando me pedía
          que cantara la saeta
          no importaba la hora del día.
          Para ella 
          la luz de un beso
          y unas rosas amarillas.
          Me amó, la amé
          y sin medida.
          Otra de mis verdaderas maestras.
          ¡Dios la bendiga!
          
                       Para tí, Roswita.
                       Tus flores preferidas.

Gracias a todas las mujeres que, de verdad, me aman y me ayudan, sobre todo a sanar. 

En Paz.

           

Sobre la Tierra.

             No pierdas la esperanza
          nunca la pierdas,
          que hay ranas que tienen pelo
          y algunos burros vuelan.
          Mantén la excelsa visión
          clara y serena
          en la que, 
          para siempre,
          reina la paz
          sobre la Tierra.