Acepto la paz que me llega,
acepto la gloria y la gracia,
acepto todas las misas
siempre y cuando sean blancas;
acepto la estructura de mis huesos
que sana y me sana.
Acepto seguir para´alante,
limpia mi mirada,
acepto la luz que me guía,
acepto la grandeza de mi alma,
acepto la sabiduría de la Tierra que,
día a día,
me empapa.
Acepto el perdón a mí misma
y mis raíces,
la calma
y si aún me quedan ramas.
Acepto la ayuda que,
cuando la necesito,
se me regala.
Acepto.
Me acepto.
Gracias.