Soy el mejor pensamiento
a cada segundo del día,
las más puras intenciones,
la niña más pequeñita.
La mejor historia jamás contada,
el reino de las maravillas;
amiga de las hadas,
de los ángeles de la guarda
y de las estrellas mismas.
Soy el perdón en el mundo
y los cambios que necesita,
el mejor regalo,
el más sanador y esperado;
un campo lleno de sonrisas:
la liberación
de todas las pesadillas.
Soy el alma de la fiesta,
la llama siempre encendida,
ahora sin drogas de ningún tipo
ni historias que acorten la vida.
Soy la que impulsa lo bueno,
la protectora de los árboles,
la que, ante Dios,
se inclina en el suelo
rindiendo siempre su ego;
la que da gracias contantes
por la buena salud,
por el verdadero amor,
por el dinero.
La que cuida de la infancia
y siembra contenta el respeto,
la que reza cada noche
y cada día
por el bien de la Madre Tierra,
por el bien de la Tierra misma
que, también,
es Madre mía.