Miré hacia atrás en un instante
-quiero pensar que con cariño-
y vi ese castillo, esa alcazaba,
esa pequeña playa,
la plaza, las granadas...
y todo lo vivido.
Lo eché de menos vertiendo
una diminuta lágrima
en un suspiro
y regresé al hoy, al ahora,
en este nuevo comienzo,
reencontrando mi sonrisa,
en este nuevo año sin prisa,
en el que deseo,
constante paz para mí,
para el mundo entero
y para la Tierra misma.
A la ciudad en la que nací
le regalo un "te quiero"
agradecida.
¡¡Feliz Año Bueno!!
¡¡Que Dios lo bendiga!!