Todos sabemos el día que es hoy y lo que tradicionalmente se suele celebrar.
En mi caso particular, desde hace muchos años, especialmente gracias a la naturaleza altruista y sanadora de a lo que me dedico, vengo celebrando, en tal día como hoy, la Inocencia.
Celebrándola, agradeciéndola, haciendo por sanarla, liberarla, rescatarla... protegerla. Pues sabemos los tiempos que corren y de los deseos innombrables de aquellos que dicen llamarse filántropos y las manos que los mecían. Cuántos eufemismos calculados en la sociedad de la ignorancia, necedad, mediocridad e hipocresía, fruto de ese sistema socio-económico corrupto -más que feudal, esclavista- que, también neciamente, pretenden seguir imponiendo al mundo, cuando ya está en franco, directo e inexorable derrumbe e imparable decadencia, cosa que también celebro, por el bien de todos, y no sólo en este día, pues ¡ya hora va siendo!
Pero sin desviarme del asunto que hoy nos ocupa, romper una lanza en favor de la Inocencia, la cual no es ignorancia, ni ingenuidad... sino lo que la propia palabra indica. Sin trampas ni cartón. Total esencia, transparencia. Lo que debía ser el sistema que pervirtieron, por lo que no culpen a nadie por su caída. Las consecuencias de sus actos, pues en la Tierra también hay Justicia. Y esta no se puede quedar de brazos cruzados ante tanta ignominia, pues se le cayó la venda de los ojos hace ya mucho, demasiado...
Venda que, por cierto, nunca ha indicado que la justicia sea ciega, ni mucho menos, como algunos equivocadamente han entendido y como otros, también equivocadamente han pretendido y pretendido hacer creer a la gente... Sino que es un símbolo que hace referencia a la objetividad e imparcialidad con la que se ha de tratar, para ser juzgado, a todo hecho y a sus actores o perpetradores, según el caso.
Y el ataque, la vejación, la violación y el maltrato continuado a la Inocencia por parte de ese "sistema" corrupto y sus "creadores" y artífices clama ya al Cielo. Por lo que, no sólo celebro la Inocencia en este día, sino también la toma de compromiso para protegerla, preservarla y hacer que sea siempre Respetada en la Tierra, que es algo que no tendría ni qué decirse porque nunca debía haber sido profanada.
Esto dicho a nivel terreno pues soy consciente de la inviolabilidad de mi esencia y de la de todos, de la que la inocencia forma parte intrínseca, por lo que en verdad es indestructible.
Pero vivimos en la Tierra, en este mundo hecho también de materia, no sólo de Espíritu y aquí, desde hace mucho, se han cruzado ya demasiadas líneas rojas como para seguir permitiéndole al mal campar a sus anchas y hacer, por ejemplo, del tráfico de menores, uno de los negocios e industrias más "lucrativas" de esa pretendida economía global que pretendían estatificar y metérnosla con calzador también en el ámbito político y gubernamental. Y decimos No. No a ese "globalismo" perverso, corrompedor y corrupto que perdió su razón de ser, si es que alguna vez la tuvo.
Aquí, en este plano físico, todo ser que en él habite o visite tiene que aprender, desde ya mismo, a hacerlo con Respeto, si es que aún no conoce -tristemente para él- lo que es el cariño. No se pueden seguir violando niños y haciendo como si nada. No se puede seguir maltratando a menores y hablar de educación, cultura y modernidad o evolución en derechos. ¿Qué derechos?... ¿Los que habéis vejado?... ¿O los que os habéis inventado sin serlo?... Porque uno de los principales derechos que tiene el ser humano es precisamente el de la Inocencia. El de preservar su Inocencia. El poder Vivir sin tener que defenderse o atacar por ser atacado. El poder Vivir sin culpar ni ser culpado, con un ego sano y equilibrado al servicio del Ser que somos. Eso es lo que es Vivir libre de pecado, a ver si nos enteramos y dejamos ya de perjudicarnos. Siempre hago hincapié en esto porque es de suma importancia puesto que Vivir sin culpa es Retornar a la Inocencia, la senda que con agradecimiento recorro en mi Camino en el Respeto. No sólo el que me merezco como Ser y como mujer, sino también el que se merece esa niña y adolescente que fui y que aún soy, pues vive en mi corazón y ante ella siempre me inclino.
Dice el dicho muy sabiamente que de aquellos barros ya se sabe... -no voy a terminar la frase por respeto a Valencia, Albacete y demás zonas afectadas por el crimen del pasado 29O y las personas que habitan en ellas-. Pero vengo a referirme a que no podemos seguir creando y mucho menos sosteniendo relaciones de mierda en este mundo que, entre todos al final, hemos hecho insano, por lo que insostenible -por mucho que lo quieran pintar de resiliente, inclusivo y demás sandeces vacías de contenido saludable, así como de falsas banderas artificiales alienantes de colores, ya desvaídas y de capa caída y eslóganes pasados de moda, tergiversando su original y real sentido-.
Lo que aquí digo por supuesto que es extensible al resto de seres, mayores de edad, y al resto de otras especies y reinos que pueblan el planeta, animales, vegetales, etc. Pero hoy, por el día que es y dado lo que ocurre, hablo de los niños pues son la personificación de la Inocencia, además de unas de las causas mayores de mi Santa Cruzada y humilde, pero perseverante, por el Bien, gesta. Soy su eterna defensora, deseando no tener que serlo ya más un feliz día, pues contemplo satisfecha cómo a todos y cada uno de los menores, Siempre se les Respeta, pudiendo así crecer en esa hermosa y perfecta línea, donde ningún mal entra. De ahí salen hombres y mujeres equilibrados, pues no todos pueden superar en una vida y menos tan fácilmente, las heridas que dejan esos barros antiguos a los que antes hacía referencia, los traumas y las posteriores consecuencias que de los mismos se derivan, que no son ni agradables ni pocas.
Dice un antiguo adagio francés que quien se excusa, se acusa y el título de un lp que oía de jovencita decía que la inocencia no es excusa. Y es que el que alguien haya pasado por circunstancias tan sumamente dolorosas y duras no tiene por qué justificar -aunque sí explica en cierta forma, como os comentaba en el párrafo anterior- el que esa persona siga comportándose de modos y maneras desequilibradas y dañinas.
El tema es harto complejo y tiene muchas aristas, derivaciones, niveles... como para abordarlo por completo, con su correspondiente listado abierto de soluciones, en una sola entrada de texto de este blog; pero para mí, que llevo dedicándome a la verdadera sanación desde hace tantos años -puede que hasta vidas, ¡y las interminables e intransferibles para los demás que me quedan a mí misma!- y, en especial, a la sanación de abusos sexuales y malos tratos, es claro y meridiano. Y sé que el Respeto es la única vía posible para solucionarlo. Por ello siempre lo traigo, lo invoco, lo planteo, genero, recreo, escribo, hablo, aprendo, enseño, cuido, cultivo, cosecho, mimo, muestro, proyecto, proclamo, expando... Y, en este caso, en el día de hoy, dedicado tradicionalmente en España a los Santos Inocentes, a la Inocencia: Respeto a la Inocencia. A la de todos y cada uno y, especialmente, a la de aquellos que no se pueden defender por sí solos o/y por sí mismos, entre los cuales, evidente y obviamente, están todos los menores y los niños.
Y como seguimos estando en un contexto navideño, afortunadamente -aunque les pese a algunas y algunos-, quiero terminar mi sanador y liberador escrito de hoy, trayendo a este medio virtual, unas palabras del mismo Jesús, según San Mateo, en RVR 1960, Biblia Reina Valera: Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor les fuera que se les colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar. ¡Ay del mundo por los tropiezos!, pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo! Por tanto, si tu mano o tu pie te es ocasión de caer, córtalo y échalo de ti; mejor te es entrar en la vida cojo o manco, que teniendo dos manos o dos pies ser echado en el fuego eterno...
Recuperemos la Confianza en la Vida, esa que ladrones de primaveras, sueños y versos un día nos quitaron; nuestra preciosa y prístina Inocencia. Hagámonos fuertes en Ella, sabiendo que Dios nos guía. Dejemos que la Vida nos sorprenda gratamente y se encargue de hacer Justicia. Miremos al mundo con ojos sanos, llenos de inocencia, esperando lo mejor de todos y de todos y cada uno de los nuevos días. ¡Y creamos de nuevo! Y creemos. Como lo hacen los niños. Los que no están heridos. Los que viven fluyendo de manera espontánea con la Vida. Este es mi regalo de hoy. Una vez más, como guía, mostrando el Camino. Y parafraseando de nuevo a JesuCristo, quien quiera seguirme que me siga. Demasiado tiempo ya hemos perdido.